Salud infantil y basura electrónica: un cóctel explosivo

El mundo genera en la actualidad cerca de 50 millones de toneladas de aparatos eléctricos y electrónicos que son desechados anualmente.

Éstos son complejos y en su interior albergan una serie de materiales altamente contaminantes y que en muchas ocasiones van a parar a los lugares más insospechados. Así, en los residuos eléctricos y electrónicos nos encontramos materiales peligrosos como metales pesados: mercurio, plomo, cadmio, cromo, arsénico o antimonio, los cuales son susceptibles de causar diversos daños para la salud y para el medio ambiente.

Entre los más vulnerables están los niñ@s, adolescentes y mujeres embarazadas de países empobrecidos que reciben una gran parte de la basura electrónica del mundo y que los manipulan sin ninguna medida de seguridad, exponiéndose a un cóctel de sustancias altamente peligrosas y, por tanto, muy nocivas para su salud.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe sobre los desechos eléctricos y electrónicos y la salud infantil actualizando de manera amplia una revisión sistemática de 2013 sobre los problemas emergentes y los impactos en la salud.

Y los datos son realmente graves y preocupantes ya que supone una serie amenaza para la salud y las capacidades de las generaciones futuras. Se calcula que 152 millones de niños de entre 5 y 17 años trabajan, de los cuales 18 millones (un 11,9 %) lo hacen en el sector industrial, que incluye el procesamiento de residuos. Alrededor de 73 millones de niños en todo el mundo realizan trabajos peligrosos, con un número desconocido en el sector clandestino de reciclaje de residuos. En cuanto a las mujeres, se calcula que entre 2,9 y 12,9 millones de mujeres participan en el sector clandestino de los residuos, incluyendo un número desconocido de mujeres en edad de embarazo.

Estos volúmenes de desechos eléctricos y electrónicos se disparan a medida que el uso de teléfonos móviles, teléfonos inteligentes y ordenadores crece exponencialmente, y los dispositivos se sustituyen en lugar de repararse.

La OMS está colaborando con otros organismos de las Naciones Unidas, los gobiernos y las comunidades de todo el mundo para difundir los peligros de la basura electrónica y apoyar la elaboración de políticas, investigaciones e intervenciones específicas, pidiendo que se tomen medidas más contundentes contra los desechos eléctricos y electrónicos reciclados de forma inadecuada. En el presente informe se citan algunas de ellas como prevenir el tráfico ilegal, aumentar la concienciación y el compromiso a nivel mundial, regional, nacional y local; apoyar el desarrollo de una economía circular local o promover las oportunidades para que los actores no estatales participen en las soluciones a esta problemática.

Más información: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/341783/9789240028807-spa.pdf

Fuente foto: Organización Mundial de la Salud (OMS).