Solo tenemos una Tierra, pero en 2050 el consumo mundial será el equivalente al de tres planetas. Se calcula que el consumo mundial de materias como la biomasa, los combustibles fósiles, los metales y los minerales se duplicará en los próximos cuarenta años y que la generación anual de residuos se incrementará en un 70 % de aquí a 2050. Habida cuenta de que la mitad de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) y más del 90 % de la pérdida de biodiversidad y del estrés hídrico se deben a la extracción y la transformación de los recursos, la circularidad es un aspecto esencial de la transformación, en un sentido más amplio, de la industria hacia la neutralidad climática y la competitividad a largo plazo.
Para cumplir esta aspiración, la Unión Europea (UE) debe, por tanto, acelerar la transición hacia un modelo de crecimiento regenerativo que devuelva al planeta más de lo que toma de él, avanzar hacia el mantenimiento de su consumo de recursos dentro de los límites que encierra el planeta y, con tal fin, esforzarse por reducir su huella de consumo y duplicar su tasa de utilización de material circular en la próxima década.
La Comisión Europea acaba de publicar el Plan de acción para la economía circular: por una Europa más limpia y más competitiva que tiene como objetivo claro alcanzar la neutralidad climática en 2050 y desvincular el crecimiento económico del uso de los recursos naturales.
En relación a la gestión de los residuos, y pese a los esfuerzos nacionales y de la UE, la cantidad de generación de los mismos no disminuye por lo que la legislación de la UE sobre residuos debe modernizarse permanentemente para adaptarla a la economía circular y la era digital.
El presente Plan incide en la importancia de la industria del reciclado, al posibilitar la sustitución de las materias vírgenes por materias primas secundarias y ahorrar una cantidad sustancial de emisiones de gases de efecto invernadero y de energía lo que, además, supone un aumento en la creación de puestos de trabajo en el sector verde.
Respecto a los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, éstos siguen situándose entre los que más rápidamente crecen en la Unión Europea, con unas tasas de crecimiento anuales del 2%, calculándose que tan solo se recicla menos del 40 % de los residuos electrónicos que generamos en Europa. Para hacer frente a estos retos, la Comisión presentará una Iniciativa sobre la Electrónica Circular en la que se promoverá la prolongación de la vida de los productos e incluirá, entre otras, medidas relacionadas con el diseño ecológico, de forma que los dispositivos estén diseñados con los criterios de eficiencia energética y de durabilidad, reparabilidad, mantenimiento, reutilización y reciclado.