“Aunque el concepto de reciclaje moderno que tratan de inculcarnos desde arriba es algo más que cuestionable, nos quedamos con la autenticidad de la idea que no es más ni menos que alargar la vida útil de los objetos. Una vez que se cierra un ciclo, vuelve a la tierra o se le da otra función al objeto”.
J. Azevedo, diseñador gráfico, escultor e ilustrador, entre otras cosas, recibió de un vecino suyo un viejo monitor CTR y un televisor que decidió convertir en cubos de basura. Pero la idea ha ido creciendo y al final se hizo mayor hasta contagiar a toda la comunidad, reciclando viejas carcasas de monitores y televisores en papeleras para las calles del barrio.
De esta forma se evita la acumulación de basura en el suelo. La brillantez de una idea está a menudo en su sencillez; de ella, surgió una nueva conciencia de basura sostenible. “A menudo me topo con papeleras rotas en los parques o simplemente no encuentro ni una a leguas de distancia. Sería una buena alternativa, y más en estos tiempos que corren ya que hay cierta dejadez en el mobiliario urbano”.
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