La mayoría de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) no son tratados de forma adecuada y son quemados sin control, lo que ser perjudicial para la salud y provocar efectos cancerígenos, según ha constatado un equipo de investigadores del Grupo de Investigación ‘Residuos, Pirólisis y Combustión’ de la Universidad de Alicante. Los últimos datos, obtenidos en 2012, apuntan que en Europa se generaron 9,9 millones de toneladas de este tipo de residuos, 800.000 en España (unos 18 kilos por habitante). Una vez reutilizados y reciclados en plantas de tratamiento, los aparatos electrónicos deben pasar a sistemas térmicos (incineradoras, cementeras, cerámicas) donde los contaminantes presentes pueden ser destruidos en condiciones controladas.
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