La economía ambiental, a pesar de ser uno de los pilares sobre los que se sostiene gran parte de la estrategia de recuperación española y europea, no atraviesa su mejor momento.
Entendido como el valor de las actividades asociadas a la protección del medio ambiente y la gestión de los recursos naturales, este sector disminuyó su peso sobre el Producto Interior Bruto (PIB) un 1,8% en 2019 respecto al año anterior y representa a día de hoy un 2,11% de la economía de España, lo que supone retroceder a niveles de 2016. Esto se debe ante todo a una caída en el ámbito de las energías renovables, aunque hay sectores como el de la gestión del agua o los residuos que rompen la tendencia negativa general al haber crecido este último año, sobre todo en la generación de empleo ambiental.
De acuerdo con las cuentas del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número de personas que trabajan en la economía verde se ha incrementado hasta las 327.000, una tendencia que contrasta con la caída del valor añadido general que se debe en gran parte a la tendencia al alza de la cantidad de puestos de trabajo en la gestión urbana del agua y el tratamiento de residuos.
En cuanto al volumen de empleo nuevo generado, el dominio ambiental que más aportó fue la gestión de residuos, con el 36,3% del empleo ambiental.
Fuente: El Ágora Diario