Este año celebramos el día mundial del medio ambiente con una muy buena noticia: la aprobación de la Estrategia Española de Economía Circular y cómo puede ser un pilar central para el proceso de recuperación económica tras el COVID-19.
El sector ambiental es estratégico para responder a los efectos económicos de la pandemia que estamos sufriendo. El único camino posible para Europa es reafirmar su compromiso con el Green Deal o Pacto Verde Europeo, la hoja de ruta elegida para conseguir para nuestro planeta un desarrollo sostenible que aúne el bienestar económico con el respeto al medio ambiente.
En la actualidad, se estima que España necesita más de dos veces y media su superficie para abastecer las necesidades de nuestra economía. El modelo de producción vigente comporta graves impactos ambientales sobre recursos y ecosistemas, elevados volúmenes de residuos, gases de efecto invernadero que acentúan el cambio climático, contaminación de suelos y masas de agua, entre otros. Adicionalmente, los impactos del modelo lineal se agravan por unos hábitos de consumo insostenibles, con tasas de renovación de los bienes que no agotan el ciclo de vida útil del producto, como ocurre, por ejemplo, con los dispositivos electrónicos.
Más que nunca, ha llegado el momento de actuar para revertir esta situación y la solución pasa por adoptar modelos productivos circulares como alternativa al actual modelo lineal de producción y consumo.
La Estrategia Española que se acaba de aprobar sienta, por tanto, las bases para impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, en la que se reduzcan al mínimo la generación de residuos y se aprovechen con el mayor alcance posible los que no se pueden evitar. Esta transición hacia un modelo productivo circular va a propiciar la creación de nuevos puestos de trabajo, favorecer el crecimiento socioeconómico a escala local y fortalecer la cohesión social y la integración.
Con el objetivo puesto en lograr una economía sostenible, descarbonizada, eficiente en el uso de los recursos, menos vulnerable y más competitiva, se fija como metas clave de la próxima década:
- Reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en relación al PIB, tomando como referencia el año 2010.
- Disminuir la generación de residuos en un 15% respecto a 2010.
- Bajar las emisiones de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2.
El Pacto Verde europeo junto con las estrategias de economía circular de los países miembros aportan soluciones para dar respuesta a la crisis económica provocada por el virus del COVID-19. Para ello será necesario aumentar las inversiones, especialmente en los campos de la movilidad sostenible, las energías renovables, los residuos, la rehabilitación de edificios, la investigación e innovación y la recuperación de la biodiversidad.
El pacto prevé movilizar un billón de euros en inversiones sostenibles en la próxima década.