Hoy en día los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos están creciendo a una velocidad cada vez más rápida, tanto es así que cada año se produce un aumento del 3-5% de la cantidad de estos residuos en los países miembros de la UE. Este tipo de residuos requiere un tratamiento adecuado ya que contienen sustancias peligrosas tanto para el medio ambiente como para la salud humana. Aquellos que reciben un tratamiento adecuado, favorecen que las materias primas con las que fueron fabricados tengan una segunda vida y puedan ser reintroducidas en el mercado.
España está en el grupo de cola de países de la UE que menos residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) recoge para que sean tratados correctamente, con una tasa media de 5,38 kilos por habitante, cuando la media comunitaria es de 8,86 kilos per cápita.
Esta información se dio a conocer por Eurostat, oficina de estadística de la UE, en el marco de datos comparados entre los países de la Unión Europea.
De acuerdo con los últimos datos disponibles, el 55,6% del total de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos recogidos en la UE era de grandes electrodomésticos, seguidos de equipos de tecnologías de la información y telecomunicaciones (14,8%), equipos de consumo o paneles fotovoltaicos (13,5%) y pequeños electrodomésticos (9,0%). El 7,2% restante se refiere a herramientas, productos de iluminación, juguetes y equipos deportivos.