Ahora que el precio de la luz está imparable, la factura eléctrica de los hogares podría reducirse hasta un 27,4% con medidas muy sencillas. Solo hacen falta cambios en los hábitos de comportamiento y mejoras en los equipos domésticos para aumentar la eficiencia energética.
En nuestras manos está el ser más eficientes con medidas como las que se mencionan a continuación y, por tanto, ahorrar en nuestra factura eléctrica:
1. Apostar por bombillas LED.
Las bombillas LED consumen un 22% menos que las bombillas de bajo consumo clásicas.
2. No tener encendidos ni en ‘stand by’ los aparatos electrónicos si no se utilizan.
No hay ningún beneficio, ni para la economía ni para el medio ambiente, en tener un aparato electrónico encendido o en ‘stand by’ si no se le está sacando provecho. Es más, dejar cualquier electrodoméstico en “modo ahorro” supone hasta un 12% del consumo anual del aparato. Si televisores, equipos de sonido o pantallas de ordenador se quedan encendidos, podría llegar a suponer un gasto de hasta 100 euros anuales.
3. Utilizar electrodomésticos con etiqueta energética A+++.
La etiqueta energética A+++ indica que el electrodoméstico es un aparato de consumo mínimo o bajo consumo. Los dispositivos con esta catalogación tienen un precio de venta más caro. Pero suponen un ahorro a largo plazo. Al consumir menos energía, se gasta menos luz. Lo que también repercute de forma positiva en la economía del hogar.
4. Revisar periódicamente el mantenimiento de la caldera.
Realizar un mantenimiento habitual de la caldera no solo sirve para evitar que esta se estropee antes de tiempo. Sino también para ahorrar energía y dinero.
5. No abusar de temperatura de la calefacción ni del aire acondicionado.
Es importante mantener una temperatura equilibrada tanto en invierno como en verano. Según lo establecido en el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios, lo ideal es que en invierno la calefacción no esté por encima de los 21ºC. Y en verano, el aire acondicionado no esté por debajo de los 26ºC.