Hoy es el día internacional de la basura electrónica y este año, el foco principal se centra en los pequeños dispositivos eléctricos que ya no usamos pero que guardamos en cajones y armarios y que, con el paso del tiempo, acabamos tirando al contenedor doméstico y mezclándolo con la basura orgánica. El lema elegido es ‘¡Recíclalo todo, por pequeño que sea!’
Los pequeños aparatos eléctricos y electrónicos al final de su vida útil presentan un desafío significativo. La ONU estimó que en 2019 se produjeron más de 22 millones de toneladas de pequeños desechos electrónicos en todo el mundo. Esto supone el 40% de los 57 millones de toneladas de todos los desechos electrónicos que surgen a nivel mundial. Si la cantidad de estos pequeños artículos sigue aumentando al mismo ritmo que los desechos electrónicos totales (alrededor del 3% anual), alcanzará los 29 millones de toneladas en 2030.
Debido a su pequeño tamaño, artículos como teléfonos móviles, tablets, cepillos de dientes eléctricos, cámaras, radios, etc… a menudo se desechan de forma incorrecta, y constituyen una proporción significativa del 8% de todos los desechos electrónicos que se tiran a los contenedores de basura que luego se depositan en vertederos o incinerados. Esto significa que las importantes materias primas que contienen no se pueden extraer y se pierden. En Europa, hasta 1,4 kg de desechos electrónicos por habitante terminan en el contenedor de basura general cada año. Además de esto, los pequeños electrodomésticos se almacenan y olvidan fácilmente en cajones, armarios, garajes, sótanos y áticos. En un hogar europeo medio, actualmente se acumulan hasta 5 kg de dispositivos electrónicos por persona.
En este contexto, es crucial que todos seamos más conscientes de la correcta gestión de estos dispositivos con el fin de minimizar el impacto ambiental de la mala gestión así como evitar la pérdida de los importantes recursos que contienen estos equipos.
Fuente: weee-forum