Santiago, 12 de julio de 2011.
Las acciones y criterios de responsabilidad social empresarial (RSE) aplicados a la actividad y personal de estas entidades supone una «ventaja competitiva» para «conseguir la diferenciación» en el mercado internacional, según han señalado el presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Antonio Fontenla, y el secretario general de Calidade e Avaliación Ambiental de la Xunta, Justo de Benito.
La sede de la CEG ha acogido este lunes la celebración de la jornada ‘La responsabilidad social empresarial como herramienta de diferenciación’, un elemento que, según ambos responsables, debe extenderse «a todo el tejido productivo», tanto a grandes como medianas y pequeñas empresas.
Durante la clausura del acto, Fontenla ha apuntado que las políticas de RSE han quedado «relegadas a un segundo plano» por el «impacto de la crisis», que obligó al colectivo empresarial a atender otras «urgencias». A pesar de ello, advierte de que este tipo de prácticas «no se puede soslayar» por suponer un elemento «de diferenciación en el mercado competitivo».
Este modelo de gestión, prosigue el presidente de la CEG, incorpora criterios sociales y medioambientales, valores que implican cada vez más «a un número mayor de empresas» y que están abiertos «a todo tipo de sectores». Se trata, de este modo, de un instrumento de proyección en los mercados, que «refuerza la imagen» y la «reputación de la empresa» al tiempo que crea «un clima de confianza transparente» con los consumidores y los trabajadores.
Fontenla ha destacado, a su vez, que su aplicación tiene consecuencias en la «reducción de la siniestralidad» y en una «mayor productividad», que compensa «con creces» los costes derivados. «Una estrategia más para fortalecer la endeble estructura económica», ha reiterado, además de animar al «papel activo» de la Administración para promocionar estas prácticas.
Por su parte, De Benito ha considerado que la relación entre la RSE y la competitividad de las empresas es «un debate superado» y ha instado a realizar un esfuerzo «más que nunca» por implantar este tipo de políticas, o se correrá «el riesgo» de que las «urgencias» de la crisis hagan perder de vista «lo importante».
Desde el punto de vista medio ambiental, la responsabilidad social empresarial suponen un elemento «eficaz» y «transversal» de prevención, innovación y difusión de tecnologías más respetuosas, además de facilitar la internacionalización, el desarrollo sostenible y paliar el cambio climático.
Actualmente, el llamado ‘empleo verde’ genera 25.000 puestos de trabajo en Galicia, una cifra «significativa» y que «da cuenta del esfuerzo de muchos profesionales», añade De Benito, quien recuerda que «hace años» la RSE era un valor «intangible y de difícil percepción». «No se trata de altruismo», aclara, sino de «competitividad responsable» para conseguir diferenciación y «ventaja competitiva» en el mercado internacional.
Por ello, es importante incrementar el «grado de conocimiento» de estas prácticas, «especialmente» en las Pymes, que ya han ejemplificado prácticas de este estilo «antes» de conocerse el concepto RSE y gracias a su «vinculación» con el territorio en el que se asientan. «Y la Administración no puede quedar al margen», ha advertido, sino que «debe ser un referente a seguir». Por ello, ha animado a realizar «un esfuerzo por apoyar» a entidades para que hagan efectivo su «compromiso con la sostenibilidad», objetivo en el que enmarca los 2.650.000 euros en ayudas que impulsa la Xunta para empresas que realicen medidas contra el cambio climático, gestión de residuos o análisis de riesgos ambientales.
Finalmente, ha destacado el Plan de Responsabilidad Social de la Xunta para actuar en la RSE como «cuestión transversal» en la propia Administración gallega.
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