Las tierras raras son diecisiete elementos, incluidos sus óxidos e hidróxidos, que aparecen reunidos en el bloque f de la tabla periódica, entre los que se encuentran entre otros el lantano o el itrio. Su importancia radica en que actualmente están presentes en la mayor parte de dispositivos electrónicos avanzados.
En un escenario en el que China produce el 97% de estos elementos presentes en todo tipo de dispositivos tecnológicos, el mundo se debate entre reciclar, producir, o depender. Nadie sabe muy bien cómo se ha llegado a esto, pero la situación es alarmante: en un mundo cada vez más dependiente y con más demanda de nuevas tecnologías, China acapara el 97% de la producción mundial de tierras raras.
¿Qué son las tierras raras?
Las tierras raras son 17 elementos, óxidos e hidróxidos reunidos en el bloque f de la tabla periódica. Su importanciaradica en que actualmente están presentes en la mayor parte de dispositivos electrónicos avanzados: smartphones, ordenadores portátiles, tablets, pantallas táctiles, pantallas LED; pero también coches eléctricos o aerogeneradores. Todos esos gadgets representantes del futuro funcionan gracias a las tierras raras.
Si esos elementos son tan raros, ¿por qué están siendo utilizados para aparatos cuya demanda se espera que crezca de forma exponencial?
La respuesta también es sencilla en este caso: las tierras raras se llaman así más por las dificultades que encontraban los primeros geólogos para extraerlas y aislarlas de los minerales en los que estaban que por una escasez real. Las tierras raras son más bien abundantes, por lo que el mundo no debería temer su agotamiento a corto ni medio plazo: hay suficiente para abastecer toda esa demanda.
¿Por qué solo se producen en China?
Ahora que las cosas van tomando forma, ahora que está claro qué son las tierras raras y cuál es su importancia real, las miradas se dirigen de forma inevitable hacia China. ¿Por qué este país tiene el 97% de la producción mundial? Es cierto que su territorio cuenta con importantes yacimientos de estos elementos, pero suponen tan solo el 30% de las tierras raras del mundo. ¿Por qué nadie más se dedica a extraerlos?. La explotación de los yacimientos de tierras raras requiere para ser económicamente rentable, una mano de obra muy barata, y además se trata de un proceso bastante contaminante. Minas de tierras raras de otros países, Estados Unidos o Australia por ejemplo, han ido cerrando paulatinamente debido a su creciente inviabilidad económica. Importar desde China es más barato.
La situación, ahora que Occidente se empieza a dar cuenta, está ya en un punto bastante crítico: las tierras raras se han empezado a utilizar en múltiples usos, y China controla la producción mundial. Con la sartén por el mango, el país ya ha empezado a utilizar su poder: el pasado mes de septiembre, cuando China y Japón se vieron envueltos en un conflicto diplomático por la detención de unos pescadores chinos, el gigante asiático bloqueó la exportación de las tierras raras a los nipones. Estos, por supuesto, cedieron rápidamente en todo. Tras ser denunciada la situación por los japoneses, China ha prometido no volver a utilizar esto como “arma política”, pero nadie se acaba de fiar. Además, han decidido reducir sus exportaciones un 35%, lo que ya tiene temblando a toda la industria tecnológica mundial.
Las opciones de futuro: producir o reciclar (o seguir dependiendo)
Los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea ya se lo han preguntado y han perfilado dos salidas: reciclar las tierras raras o volver a producirlas.
¿Es volver a explotar las tierras raras propias entonces la respuesta? No. Aunque Estados Unidos se está planteando reabrir sus minas, las repercusiones medioambientales son bastante negativas y, desde luego, en contra de la legislación actual de la mayor parte de los países occidentales.
¿Qué pasa con el reciclado?. Pues quesu gran inconveniente es su elevada complejidad. Los dispositivos que incorporan tierras raras no han sido diseñados para su reciclaje, por lo que extraer los elementos se perfila como una tarea muy difícil, además de cara. La Unión Europea ha dicho que estaría bien hacerlo, para alargar la duración de los yacimientos y depender menos de otros , pero lo cierto es que en la actualidad una planta de reciclaje de tierras raras es mucho más costosa que una planta de producción. Aún así, ésta se plantea como la alternativa más viable a medio plazo para solucionar el problema, y en paises como Alemania o Reino Unido se han realizado avances significativos en el tratamiento de estos materiales.
Fuente: