En noviembre de 2020 Europa aprobaba el «derecho a reparar», una iniciativa que limita los productos de un solo uso y que urgía a los distintos países a que implementaran un etiquetado obligatorio para proporcionar información clara, inmediatamente visible y fácil de entender a los consumidores sobre la vida útil estimada y la capacidad de reparación de un producto en el momento de la compra.
Con la entrada en vigor del Plan español de Economía Circular, precisamente una de las medidas a implementar es el etiquetado de reparabilidad que está preparando el Gobierno y que permitirá al usuario conocer el índice de reparabilidad del producto que compra a través de dicha etiqueta informativa.
Este índice irá del 1 al 10 y se tendrá en cuenta la documentación proporcionada por el fabricante para la reparación y la facilidad para desmontar el producto. También sumará en el cálculo la disponibilidad de piezas de repuesto, la relación entre el precio de las piezas de repuesto y del producto original, así como otros criterios específicos en función de la categoría del aparato eléctrico y electrónico (asistencia y facilidad en el reinicio de software).
«De momento, todos los productos que se compran en España tienen una garantía de dos años y los fabricantes están obligados a tener piezas para repararlos durante cinco. Esto no será así a partir del 1 de enero de 2022, tras la modificación de plazos de la Ley de Consumidores. De esta forma, la garantía pasa a ser de tres años y las piezas deberán estar disponibles durante una década desde que el producto deja de fabricarse.» Fuente: Artículo Guerra contra la obsolescencia programada de El País, 5 de junio de 2021
Esto afecta especialmente a los dispositivos tecnológicos que deberán tener un diseño más ecológico que mejore su durabilidad y reusabilidad. El objetivo último es incentivar un consumo más responsable y reducir la huella ambiental. Además, con la nueva Directiva de Ecodiseño, todos los aparatos y electrodomésticos fabricados a partir del 1 de marzo de 2021 deben incorporar un manual de reparación y poder ser reparados con herramientas convencionales.
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