En España, alrededor del 57% de las empresas con más de 500 empleados tiene programas de voluntariado. En Estados Unidos son la inmensa mayoría las que han apostado por crear proyectos en los que ofrecen a sus trabajadores la oportunidad de colaborar en programas solidarios, propios o junto a organizaciones sin ánimo de lucro con las que tienen convenios. Es una forma de ayudar a resolver los problemas de la sociedad, pero también de mejorar la imagen de la empresa y darle un valor añadido, tanto para los empleados como para sus clientes. Unos y otros buscan cada vez más saber que sus acciones –tanto el trabajo como el gasto, por ejemplo– tienen un impacto positivo en el entorno.
Servir a la sociedad debe ser una parte de la estrategia empresarial, es la sostenibilidad para innovar”, argumenta Rosabeth Moss-Kanter, profesora titular de Negocios en la Harvard Business School. Esta experta, una de las principales voces en el campo de la innovación y el liderazgo empresarial en Estados Unidos, ha participado hoy en la Cumbre de Innovación en el Voluntariado, que se ha celebrado estos días en Madrid, organizada por la Embajada de Estados Unidos, el Meridian International Centre y la Fundación Rafael del Pino
Hay distintas fórmulas de voluntariado corporativo. Kris M. Balderston, representante para Asociaciones Mundiales de la Secretaría de Estado de EEUU, ha explicado que las empresas pueden ofrecer a sus empleados participar en proyectos concretos dedicándoles algo de tiempo dentro de su horario laboral o fuera de él, y también organizar jornadas mensuales o anuales más destinadas a acciones concretas.
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